viernes, 10 de mayo de 2013

Cesárea: no es anti natural, es alternativo



CIENCIA

La naturaleza es sabia. Quizás nos hayamos cansado de escuchar esta frase hecha, pero su validez es indiscutible. El parto es un evento mágico, que da supervivencia a las especies mamíferas y cuyos procesos de antes y después son múltiples y variados con cambios aparentes en la madre y el bebé. Ahora…el parto implica el paso del bebé de su mundo intrauterino a uno extrauterino, sin importar la “puerta” que este utilice. Si la naturaleza detecta que el parto natural puede ser un riesgo para la madre o el bebé, dotó al hombre de la posibilidad de encontrar una alternativa para poder cumplir con lo que la naturaleza realmente espera: el crecimiento y desarrollo de las especies. En fín, es mi opinión.

Dedicado a mi hijo que nació por cesárea el último sábado.  

Una cesárea es un tipo de parto en el cual se practica una incisión quirúrgica en el abdomen (laparotomía) y el útero de la madre para extraer uno o más bebes. Suele practicarse cuando un parto vaginal podría conducir a complicaciones médicas.

Los ginecólogos recomiendan la cesárea cuando el parto vaginal puede ser arriesgado para el niño o la madre. Algunas posibles razones son:

·               parto complicado prolongado o distocia: pelvis anormal, agotamiento materno, malformaciones uterinas, posición fetal anormal, pelvis demasiado estrecha.
·               sufrimiento fetal aparente
·               sufrimiento maternal aparente
·               complicaciones como preeclampsia o eclampsia
·               nacimientos múltiples
·               mala colocación del bebe, (cabeza hacia arriba en lugar de hacia la pelvis)
·               presentación anormal
·               inducción del trabajo de parto fallida
·               parto instrumental fallido
·               bebé muy grande (macrosomía)
·               placenta muy baja o placenta previa
·               pelvis contraída

También se indica en siguientes embarazos si ya se tuvo cesárea previa. 

Sin embargo, no la vanidad del ser humano lleva a usos innecesarios de esta técnica. La Organización Mundial de la Salud estima que la tasa de cesáreas entre todos los nacimientos en los países desarrollados está entre el 10% y el 15%, comparado con cerca de 20% en el Reino Unido y 23% en Estados Unidos. En 2003, la tasa de cesáreas en Canadá fue de 21%, con variaciones regionales.

En años recientes se han generado preocupación porque la operación se realice frecuentemente por otras razones diferentes a la necesidad médica. Por ejemplo, a los críticos les preocupa que las cesáreas se realicen porque económicamente dan más utilidad para el hospital, o porque una cesárea rápida es más conveniente para un obstetra que un largo parto vaginal. Se han formado organizaciones para aumentar la conciencia pública sobre las cesáreas y su incidencia que crece considerablemente. Los partos atendidos por parteras y fuera del hospital se asocian a una tasa mucho menor de cesáreas, controlada por todos los indicadores maternales y fetales relevantes.

Un poco de historia. Las cesáreas eran ya conocidas y practicadas en la antigua Roma, tal y como se contemplaba en la Lex Caesarea: una mujer que muriese durante el embarazo tardío debía ser sometida a esta intervención con la finalidad de salvar la vida del feto.

El primer dato que se tiene de una mujer que sobrevivió a una cesárea fue en Alemania en 1500: Se cree que Jacob Nufer, un castrador de cerdos, le hizo esta operación a su esposa tras una prolongada labor. La mayoría de las veces, el procedimiento tenía una alta mortalidad. En Gran Bretaña e Irlanda la mortalidad en 1865 era del 85%.

Viajeros europeos en la región de los grandes lagos de África observaron durante el siglo XIX secciones cesáreas que eran efectuadas de forma regular. La madre expectante era normalmente anestesiada con alcohol y se usaba una mezcla de hierbas para mejorar la recuperación. Dada la naturaleza bien desarrollada de los procedimientos empleados, los observadores europeos concluyeron que habían sido empleados durante algún tiempo.

Dato curioso. El 5 de marzo de 2000, Inés Ramírez se hizo la cesárea a sí misma y sobrevivió, así como su hijo, Orlando Ruiz Ramírez. Se cree que ella ha sido la única mujer que se ha practicado la cesárea a sí misma y ha sobrevivido.

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