lunes, 7 de octubre de 2013

Martin Lutero: el primero en cuestionar la infalibilidad divina del Papa

PERSONAJES HISTÓRICOS

El Papa es el representante de Dios en la tierra, y como habla su santa palabra a través del humilde cuerpo de un hombre, nunca puede equivocarse. El problema no es la premisa (cuya creencia dejo a la fé de cada uno) sino cuando el hombre, ambicioso y débil por naturaleza, abusa de ella para la propia conveniencia, la suma de poder y la acumulación de riqueza. Un día un hombre dijo Basta! Y con él reclamó volver a las bases de la Biblia… aunque por supuesto con su propia interpretación de los hechos, la interpretación nuevamente de un hombre terrenal. Aquí, las ideas de Martín Lutero

Martín Lutero fue un teólogo alemán cuya ruptura con la Iglesia católica puso en marcha la Reforma protestante


Sus primeros años. Contrariando la voluntad de sus padres, Martín Lutero se hizo monje agustino en 1505 y comenzó a estudiar Teología en la Universidad de Wittenberg, en donde se doctoró en 1512. Siendo ya profesor comenzó a criticar la situación en la que se encontraba la Iglesia católica: Lutero protestaba por la frivolidad en la que vivía gran parte del clero (especialmente las altas jerarquías, como había podido contemplar durante una visita a Roma en 1510) y también el que las bulas eclesiásticas -documentos que teóricamente concedían indulgencias a los creyentes por los pecados cometidos- fueran objeto de un tráfico puramente mercantil.

Las críticas de Lutero reflejaban un clima bastante extendido de descontento por la degradación de la Iglesia, expresado desde la Baja Edad Media. Las protestas fueron subiendo de tono hasta que, a raíz de una campaña de venta de bulas eclesiásticas para reparar la basílica de San Pedro, decidió hacer pública su protesta redactando 95 tesis que clavó a la puerta del castillo de Wittenberg.

La Iglesia hizo comparecer varias veces a Lutero para que se retractase de aquellas ideas pero en cada controversia Lutero fue más allá y rechazó la autoridad del papa, de los concilios y de los «Padres de la Iglesia», remitiéndose en su lugar a la Biblia y al uso de la razón. En 1520, Lutero completó el ciclo de su ruptura con la Iglesia, al desarrollar sus ideas en tres grandes «escritos reformistas»: Llamamiento a la nobleza cristiana de la nación alemana, La cautividad babilónica de la Iglesia y Sobre la libertad cristiana. Lutero permaneció un año escondido bajo la protección del elector Federico de Sajonia; pero sus ideas habían hallado eco entre el pueblo alemán y también entre algunos príncipes deseosos de afirmar su independencia frente al papa y frente al emperador, por lo que Lutero no tardó en recibir apoyos que le convirtieron en dirigente de un movimiento religioso conocido como la Reforma.

Desligado de la obediencia romana, Lutero emprendió la reforma de los sectores eclesiásticos que le siguieron y que conformaron la primera Iglesia protestante, a la cual dotó de una base teológica. El luteranismo se basa en la doctrina (inspirada en escritos de san Pablo y de san Agustín) de que el hombre puede salvarse sólo por su fe y por la gracia de Dios, sin que las buenas obras sean necesarias ni mucho menos suficientes para alcanzar la salvación del alma; en consecuencia, expedientes como las bulas que vendía la Iglesia católica no sólo eran inmorales, sino también inútiles.

Lutero defendió la doctrina del «sacerdocio universal», que implicaba una relación personal directa del individuo con Dios en la cual desaparecía el papel mediador de la Iglesia, privando a ésta de su justificación tradicional; la interpretación de las Sagradas Escrituras no tenía por qué ser un monopolio exclusivo del clero, sino que cualquier creyente podía leer y examinar libremente la Biblia, para lo cual ésta debía ser traducida a idiomas que todos los creyentes pudieran entender. También negó otras ideas asumidas por la Iglesia a lo largo de la Edad Media, como la existencia del Purgatorio o la necesidad de que los clérigos permanecieran célibes.

Al rechazar la autoridad centralizadora de Roma, Lutero proclamó la independencia de las Iglesias nacionales, cuya cabeza debía ser el príncipe legítimo de cada Estado; la posibilidad de hacerse con el dominio sobre las Iglesias locales atrajo a muchos príncipes alemanes y facilitó la extensión de la Reforma.

La extensión del luteranismo dio lugar a las «guerras de religión» que enfrentaron a católicos y protestantes en Europa a lo largo de los siglos XVI y XVII, si bien las diferencias religiosas fueron poco más que el pretexto para canalizar luchas de poder en las que se mezclaban intereses políticos, económicos y estratégicos. El protestantismo acabó por consolidarse como una religión cristiana separada del catolicismo romano; pero, a su vez, también se dividió en múltiples corrientes, al aparecer disidentes como en la Inglaterra de Enrique VIII o la Suiza de Zuinglio y Calvino.

Sabías que…  para defender sus ideales sobre la eliminación del celibato en el clero, él propio Lutero contrajo matrimonio con una antigua monja convertida al luteranismo

Pregunta del día: ¿Qué opinión sostenía Martín Lutero sobre la religión judía?

y la respuesta es...

Lutero tenía una opinión mucho más dura aún con la religión judía... aqui la respuesta de dos de nuestros lectores:

1.Martin lutero odiaba a los judios los trataba de destructores de los cristianos, que los engañaban hacian creer al mundo lo que no era.
esto lo confirmo al publicar un libro "sobre los judios y sus mentiras", en el cual expresa todo su descontento "odio" contra ellos y asi sus seguidores trataran de ocultar este odio justificandolo con teologia, aun asi era inevitable tratar de darle otro sentido a sus pensamientos y escritos. Ademas lutero afirmaba que se debian quemar las sinagogas de los judio y prohibirles predicar, al igual que decia q debian ser tratados como esclavos...

Gracias Fredy Alonso Bermudez por tu respuesta. Espero sigas investigando!

2. La opinión de Lutero hacia los judíos era como escribió en su libro "Sobre los Judíos y sus mentiras", que debían quemarse todas sus sinagogas , destruir sus libros de oración, prohibir predicar a los rabinos, “aplastar y destruir” sus casas, incautarse de su propiedades, confiscar su dinero y obligar a esos “gusanos venenosos” a realizar trabajos forzados o expulsarlos “para siempre”. 
Condena a todos los que no se quieran convertir, pues según él, además los judíos eran malvados y peligrosos, detestaban a los cristianos, tenían libros inmorales, y robaban y explotaban al pueblo.

Gracias Natalia Ortiz Maldonado. Bienvenida a  la comunidad de Cultura en 10!

Saludos a todos de Cultura en 10!

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